La decadencia de la tauromaquia en España
Rubén Alexis Hernández
Si bien la tauromaquia tuvo su
origen en España, al menos tal como se conoce en la actualidad, está en plena
decadencia en esa nación europea, en consonancia con lo que ha venido
ocurriendo en otras partes del planeta, en las que aún se llevan a cabo las sangrientas
corridas de toros. De manera que el final de la tauromaquia parece cada vez más
cerca donde comenzó todo, y en la presente publicación se exponen algunos escritos
al respecto:
1.-¿Muere la tauromaquia en España?
Cada vez hay menos festejos y las plazas pasan a otros usos
PUBLICADO EL 25 DE AGOSTO DE 2022
En los últimos doce años se ha
producido una caída del 58,4% de los eventos taurinos en plazas. Por primera
vez en once años, las cifras de festejos taurinos populares (corridas y toros
embolados, entre otros) desciende respecto al año anterior. El número de
festejos se hunde a la mitad en una década en una actividad de público
menguante a la que uno de cada cinco espectadores entra gratis mientras el
mantenimiento de unos recintos monumentales con cada vez menos uso se convierte
en un costoso y creciente lastre para las administraciones, que comienzan a
optar por cerrarlas y por destinarlas a otros usos. https://www.publico.es/publico-tv/publico-al-dia/programa/1020933/muere-la-tauromaquia-en-espana-cada-vez-hay-menos-festejos-y-las-plazas-pasan-a-otros-usos
2.-El streaming afronta en España
su misión más difícil todavía: salvar a las corridas de toros
En España la cultura taurina sigue
arraigada en decenas de regiones. Y más cuando prestamos atención a las cifras
de asistentes de las Fiestas de San Fermín o las corridas de San Isidro. Pero
lo cierto es que en los últimos años, el número de espectáculos ha disminuido
considerablemente y la práctica está en decadencia. Entre 2012 y 2021 las
corridas de toros cayeron casi un 40%. Y cada vez más personas quieren su
prohibición. El negocio, subvenciones aparte, ha demostrado, además, ser
deficitario.
Pero la última estocada al mundo
toreo ha llegado en los últimos días, con la noticia de que Canal Toros dejará
de emitir ante la llegada de algunas plataformas de streamings al mundillo.
Veamos cómo está la escena y qué implica todo esto para el futuro de la cultura
taurina.
Adiós a Canal Toros. El canal
taurino, que estaba a punto de cumplir 13 años, ha perdido los derechos de
imagen de las plazas de Madrid y de Valencia y próximamente lo hará con
Sevilla. Eso significa perder las temporadas de Las Ventas, con San Isidro y la
Feria de Otoño incluidas. En esa tesitura, sin ferias que televisar, el que
antaño tuvo un papel importante en la retransmisión de la práctica torera en
España bajo el extinto Plus ya no tiene razón de existir. Principalmente
porque, hasta ahora, la operadora había conseguido los derechos de
retransmisión sin tener que rivalizar con ningún otro operador. Y ahora le ha
surgido un rival: OneToro.
¿Qué supone? Durante más de una
década, Canal Toros, además de retransmitir en directo los eventos más
importantes era un pilar indispensable para cualquier aficionado a la
actualidad taurina, con programas, reportajes y tertulias de este mundo.
Durante la pandemia, fue también esencial para la supervivencia de la
industria. Ahora, casi 13 años después de su nacimiento, Movistar Plus+ debe
decidir el futuro del canal justo en un momento en el que los toros se han
convertido en una guerra cultural y su declive es obvio.
En caída. El cierre de Canal Plus
Toros supone no sólo un golpe para la estabilidad audiovisual de la Fiesta de
los toros, sino para la tauromaquia en general. Tal y como hemos contado
anteriormente en Magnet, se trata de una práctica en retroceso en casi todo el
mundo. Hace unas semanas, México anunciaba que se han acabado las corridas de
toros. En España, la situación parece ir por el mismo camino mientras un PP
cada vez más debilitado en este terreno intenta defender la cultura taurina
como puede.
Entre 2012 y 2021 las corridas de
toros cayeron un 40%. Actualmente, la cifra anual de festejos en plazas de
toros es de 824, la de corridas es de 279 y el número de toreros con licencias
es de 461. Si bien la pandemia le dio la puntilla, esta industria ya experimentaba
una crisis con una caída del 61% de los espectáculos en la última década, según
AVATMA.
Prohibiciones. Y es que no todas
las comunidades apoyan la tauromaquia. De hecho, los movimientos a favor de los
derechos de los animales han ido creciendo y han conseguido que en ciertos
lugares dejen de celebrarse. En Galicia, el movimiento antitaurino crece y solo
la feria de Pontevedra sigue celebrándose. En 2015, Palma de Mallorca aprobó
una moción para declararse ciudad antitaurina, aunque no pudo prohibir las
corridas.
Una inversión demasiado
grande. Y a todo esto se le suma el
enorme coste que supone el toreo. El Ministerio de Cultura detallaba que sólo
se destinan dos partidas presupuestarias a esta disciplina: 30.000€ para el
premio Nacional de Tauromaquía, y otros 35.000€ como subvención a la Fundación
del Toro de Lidia.
Sin embargo, en un artículo
reciente de El Español, se detallaba que sólo en Madrid Ayuso gastó 15.827.652€
entre 2020 y 2021, además de otros 7,5 millones para 2022. En el mismo artículo
se investigó el caso andalúz y concluyeron que allí se concede una subvención
de carácter excepcional a la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas Pedro
Romero de 230.000€. https://www.xataka.com/magnet/streaming-afronta-espana-su-mision-dificil-todavia-salvar-a-corridas-toros
3.- VITORIA, LA DECADENCIA DE LA
TAUROMAQUIA
Ninguna empresa quiere organizar la Feria
Taurina de Vitoria. Las corridas de toros no interesan ya ni a los propios
empresarios taurinos, que no están dispuestos a hacer frente a una fiesta cruel
y deficitaria desde el punto de vista económico y social. Según el último
informe del Ministerio de Cultura, tan sólo un 8,5% de la población asiste a
festejos taurinos. Nuestra sociedad cada vez rechaza de forma más contundente
la tortura hecha espectáculo, por lo que supone una coherencia incomprensible
que los legisladores y los gobernadores sigan permitiendo estos festejos
anacrónicos.
Desde el PACMA queremos recordar
que el Ayuntamiento de Vitoria declaró en 2015 a la ciudad “libre de maltrato
animal”. Sin embargo, y de forma hipócrita, este año ha publicado de nuevo el
pliego para el concurso de la feria taurina, sin que nadie se haya postulado
para llevarla a cabo. Si algún empresario hubiese estado interesado, se habrían
organizado corridas de toros de nuevo en Gasteiz. Desde el Partido Animalista
lamentamos que el Ayuntamiento siga dejando abierta esta posibilidad para
futuras ferias, yendo así en contra de su propia declaración de Vitoria como
“libre de maltrato animal”, y del sentir de miles de animalistas gasteiztarras.
En el Partido Animalista nos
enorgullecemos de que la inmensa mayoría de la ciudadanía dé la espalda al
maltrato animal. Desde que se inauguró el nuevo coso de Gasteiz la asistencia
había caído un 70%, llenando de media una quinta parte de la plaza. Este avance
en la ética de nuestra sociedad ha posibilitado que decenas de toros no sean
torturados en Vitoria el próximo año, tal como ha estado sucediendo durante
demasiado tiempo.
Desde PACMA seguimos trabajando en
la campaña Misión Abolición, por el fin permanente de la tauromaquia en todo el
estado, una campaña que reunió el pasado septiembre en Madrid a decenas de
miles de personas. Seguiremos luchando desde la acción política hasta terminar
con el horror que padecen los toros en nuestro país. Cada vez somos más quienes
estamos de parte de los animales. https://pacma.es/maltrato-animal/vitoria-la-decadencia-de-la-tauromaquia/
4.- "Gran alarma" en la
tauromaquia: el fiasco de público en la feria de Bilbao certifica el
hundimiento del sector
PÚBLICO
Las corridas de toros en Bilbao
constatan la decadencia de la tauromaquia en España. Los eventos taurinos se
han celebrado sin apenas público, menos de la mitad de la plaza ocupada durante
los cuatro días de la feria. Un completo fracaso que ha impactado incluso a los
críticos de esta tradición, quienes ya califican de alarmante la situación en
la que se encuentra el gremio.
"La entrada en Bilbao, por
cuarta tarde consecutiva, es una absoluta ruina", pronunciaba un seguidor
taurino. En las redes sociales muchos usuarios han celebrado la ruina de la
empresa de la BIVA por la escasa recaudación. Los animalistas, por su parte,
han agradecido a los bilbaínos su desinterés por eventos en los que se ejerce
"el maltrato animal".
"La tauromaquia no interesa.
Es una cruel antigualla que desprestigia a nuestro país y que se sostiene sólo
gracias al dinero público", sostiene Hugo Martínez Abarca, diputado por
Más Madrid. El político ha puesto de relieve la condición anacrónica de esta
tradición. Una coyuntura que ha puesto a luz vista que si no fuera por las
subvenciones de Cultura, el mundo del toreo quebraría.
Desde otra perspectiva, Antonio
Lorca, crítico taurino del diario El País se lamentaba de que una feria que un
día fue santo y seña de la tauromaquia se viera en esas condiciones: "lo
tienen crudo". La legendaria plaza de Vista Alegre de Bilbao (ahora VIBA)
viene acumulando pérdidas de más de medio millón de euros desde 2017. En su
crónica, titulada 'Estado de (gran) alarma', el periodista reclamaba una reunión
seria por parte de las autoridades para evaluar qué está ocurriendo con la
tauromaquia. Y se plantea dos respuestas a este hecho: la programación ha sido
un completo desastre o quizás el público "no quiera saber nada de
toros".
Las corridas de toros en Bilbao
constatan la decadencia de la tauromaquia en España. Los eventos taurinos se
han celebrado sin apenas público, menos de la mitad de la plaza ocupada durante
los cuatro días de la feria. Un completo fracaso que ha impactado incluso a los
críticos de esta tradición, quienes ya califican de alarmante la situación en
la que se encuentra el gremio.
"La entrada en Bilbao, por
cuarta tarde consecutiva, es una absoluta ruina", pronunciaba un seguidor
taurino. En las redes sociales muchos usuarios han celebrado la ruina de la
empresa de la BIVA por la escasa recaudación. Los animalistas, por su parte,
han agradecido a los bilbaínos su desinterés por eventos en los que se ejerce
"el maltrato animal".
Hugo Martínez Abarca: "La
tauromaquia no interesa"
"La tauromaquia no interesa.
Es una cruel antigualla que desprestigia a nuestro país y que se sostiene sólo
gracias al dinero público", sostiene Hugo Martínez Abarca, diputado por
Más Madrid. El político ha puesto de relieve la condición anacrónica de esta
tradición. Una coyuntura que ha puesto a luz vista que si no fuera por las
subvenciones de Cultura, el mundo del toreo quebraría.
El mantenimiento de las plazas de
toros se está convirtiendo en un costoso compromiso para ayuntamientos y
diputaciones.
Así decae la tauromaquia: los
ayuntamientos intensifican la clausura y la reconversión de las plazas de toros
Desde otra perspectiva, Antonio
Lorca, crítico taurino del diario El País se lamentaba de que una feria que un
día fue santo y seña de la tauromaquia se viera en esas condiciones: "lo
tienen crudo". La legendaria plaza de Vista Alegre de Bilbao (ahora VIBA)
viene acumulando pérdidas de más de medio millón de euros desde 2017. En su
crónica, titulada 'Estado de (gran) alarma', el periodista reclamaba una
reunión seria por parte de las autoridades para evaluar qué está ocurriendo con
la tauromaquia. Y se plantea dos respuestas a este hecho: la programación ha
sido un completo desastre o quizás el público "no quiera saber nada de
toros".
Las corridas se redujeron a la
mitad en diez años
Según los datos del Anuario de
Estadísticas Culturales que edita el Ministerio de Cultura, el número de
festejos taurinos organizados en España se redujo prácticamente a la mitad en
la década previa a la pandemia, cuando pasaron de 2.684 a 1.425, con un
descenso constante y prácticamente paralelo al que experimentaron de forma
específica las corridas, que cayeron de 648 a 349 al año, un 46%.
Solo en los últimos cuatro años de
ese periodo, entre 2015 y 2019, dejaron de acudir a las plazas uno de cada
siete espectadores. Mientras que los cosos taurinos, cada vez en peor estado,
han empezado a usarse para eventos culturales e incluso exploran alternativas
menos costosas como el cierre.
Una dinámica, como se ha señalado,
que no cambia con los años y que no deja de ser una evidencia del desfase que
existe entre estas celebraciones y la moral de una sociedad cada vez más
intolerante con la explotación y la barbarie contra los animales. https://www.publico.es/sociedad/escasez-publico-corridas-toros-fiestas-bilbao-constatan-decadencia-tauromaquia.html
5.- LA DECADENCIA DE LA TAUROMAQUIA
A pesar de que un 73% de la
ciudadanía está en contra o le es indiferente la tauromaquia, el Gobierno
central hace oídos sordos al grito unánime de la población que pide el fin de
la tortura y muerte de miles de toros cada año en nuestro Estado.
''Agoniza, en declive y herida de
muerte'', éstas serían las palabras con las que, a día de hoy, se definiría la
situación de la tauromaquia en España. Unas palabras que empiezan a oírse de
los propios ganaderos, empresarios, periodistas, críticos taurinos, aficionados
y toreros.
La conciencia social, la apatía de
los aficionados taurinos, la falta de dinero, la fuerte crisis que golpea a
España, y la voluntad de algunos Ayuntamientos están haciendo que hoy la
tauromaquia esté más que nunca al borde del precipicio.
Desde el año 2007, los festejos
taurinos han descendido un 47% en toda España. Los ganaderos ya destinan más
reses al matadero que a las plazas de toros y cuentan día tras día con enormes
pérdidas económicas por lo que ya se plantean seriamente la alternativa de los
mataderos como única vía de escape.
La herida abierta por Cataluña en
el año 2010 prohibiendo las corridas de toros, lejos de cicatrizar, se hace más
profunda a medida que las organizaciones en defensa de los animales con el
apoyo de más del 73% de la población siguen trabajando para abolir una cruel
tradición digna de un pueblo primitivo.
Dos años después de su prohibición
en Cataluña, parece que le llega el turno a San Sebastián donde su alcalde
quiere poner fin a esta atrocidad y de este modo no derramar más sangre
inocente en las arenas de sus plazas.
"El sufrimiento de los animales no debe
convertirse en un espectáculo público”, dijo el alcalde Juan Carlos Izaguirre.
No deja de llamar la atención que
con un país al borde de pedir el rescate financiero, se malgasten más de 500
millones de euros en festejos taurinos y que a pesar de usar la palabra
austeridad, muchos Ayuntamientos siguen endeudándose año tras año celebrando
corridas de toros en plazas cada vez más vacías.
A pesar de que un 73% de la
ciudadanía está en contra o le es indiferente la tauromaquia, el Gobierno
central hace oídos sordos al grito unánime de la población que pide el fin de
de la tortura y muerte de miles de toros cada año en nuestro Estado.
La tauromaquia sobrevive gracias a
los intereses privados de algunos
políticos, al endeudamiento de los Ayuntamientos, al regalo masivo de entradas
a los centros escolares de algunas comunidades y al engaño de los turistas. A
estos últimos se les vende un espectáculo de danza entre un toro y un caballo,
en el que en ningún momento hay maltrato hacia el toro. Una vez iniciado el
festejo, salen horrorizados, con lágrimas en sus ojos por lo que están
presenciando.
La organización internacional por
la defensa de los animales AnimaNaturalis seguirá trabajando para que en un
futuro cercano esta mal llamada "fiesta nacional" acabe por abolirse
en todo el estado y deje de avergonzar a la mayoría de los ciudadanos que no
quieren que se les identifique con dicha atrocidad.
Guillermo Amengual, coordinador
para España de la 'Campaña Antitauromaquia'.
https://www.animanaturalis.org/p/1584/la-decadencia-de-la-tauromaquia
6.- PP y Vox intentan revivir a la
tauromaquia regándola con dinero público
Solo el 1,9% de los españoles
asegura haber asistido a un espectáculo taurino en 2022 (…)
El flamante vicepresidente de la
Generalitat Valenciana, el extorero Vicente Barrera (Vox) se ha estrenado en el
cargo reivindicándose como una figura del “mundo de la cultura”, dentro de la
cual, ha lamentado, la tauromaquia ha sido “ninguneada y silenciada” hasta
convertirse en “la cenicienta” del sector (…)
(…) si en 2011 se celebraron 561
corridas de toros en España, en 2022 fueron 412. Es una caída del 26,5% en el
montaje de espectáculos. Lo más llamativo es que el descenso en la organización
de estos eventos sucede a partir de la declaración de la tauromaquia como bien
de interés cultural, en 2013.
Esta jugada legislativa tampoco
frenó la decadencia de las corridas de toros. El objetivo, denunciado entonces
por la oposición en el Congreso de los Diputados, era crear una norma capaz de
defender la tauromaquia. El Gobierno de Mariano Rajoy sacó adelante la medida,
sin un voto favorable de la oposición, para “blindar” las corridas de toros de
las competencias de aquellas autonomías que habían empezado a prohibir estos espectáculos.
La norma no funcionó, pero desde entonces obligó al Ministerio de Cultura a
velar por los intereses de este sector.
Más corridas a bajo coste
En el año previo a la pandemia las
corridas de toros tocaron fondo y marcaron la peor cifra de la serie histórica,
con la celebración de 349 corridas de toros. Luego llegó la pandemia, en 2020,
y la limitación de aforos en 2021. Ahora conocemos que en 2022, a pesar del
frenazo histórico en el montaje de estos eventos, se observa un repunte desde
2019. Eso sí, únicamente en plazas de tercera categoría y en las portátiles.
En Asturias ya no se celebran.
Tampoco en Catalunya ni en Canarias ni en Ceuta. El mayor abandono de la fiesta
sucedió en la provincia de Málaga: en 2011 era la tercera provincia con más corridas
de toros (25), pero en 2022 se ha quedado en ocho, tres menos que en 2019.
Una cuestión política
Madrid fue la Comunidad donde más
se protegieron las corridas de toros el año pasado. El apoyo al toreo ha
formado parte esencial del programa político de la presidenta Isabel Díaz Ayuso
(PP), como también lo es de Vox. En octubre de 2020 anunció una partida
extraordinaria de 4,5 millones de euros para ayudar a los ganaderos de toro de
lidia madrileños. En Madrid hay 64 explotaciones ganaderas y 13.000 ejemplares,
la mayor densidad de reses bravas de España por kilómetro cuadrado.
Un año después, en octubre de 2021,
el Gobierno madrileño anunció una nueva línea de ayudas directas para los
ganaderos de reses bravas por valor de tres millones de euros. A esta partida
había que sumar los más de tres millones de euros que figuraban en los
presupuestos y que se emplearon para sufragar corridas, exposiciones, escuelas
taurinas y reforma de Las Ventas. En 2021 la presidenta de la Comunidad de
Madrid volvió a abrir la escuela regional de tauromaquia, en la Venta del
Batán, como medida de apoyo a este sector “frente a los que hacen política
cegados por un sesgo ideológico”. Estaba cerrada desde 2015.
A finales de 2022, Isabel Díaz
Ayuso presentó los presupuestos para 2023 en los que se incluía una partida de
6,3 millones de euros para Asuntos Taurinos. La partida doblaba los tres
millones de euros que había destinado el año anterior. La Unión de Federaciones
Taurinas de España ha celebrado estas medidas. “Los toros recibieron 30 veces
más que los videojuegos en 2022, a los que la Comunidad de Madrid ayudó con 250.000
euros”, señala Jazmín Brirak, diputada de Más Madrid en la Asamblea. El sector
taurino ha calculado que es capaz de generar alrededor de 12.000 empleos en la
Comunidad de Madrid, pero Isabel Díaz Ayuso asegura que son 50.000 empleos.
Una afición en retirada
¿Cuántos españoles apoyan este tipo
de fiestas? ¿Millones como decía el premio a Díaz Ayuso? El Ministerio de
Cultura no dispone de cifras de asistencia a las plazas, pero en el último
Anuario de Estadísticas Culturales publicado por la cartera de Miquel Iceta se
descubre que los toros son atractivos para un 1,9% de la población española.
Este es el porcentaje que asegura haber asistido en el último año a un
espectáculo o festejo taurino. Se trata de la cifra más baja desde 2006, el año
en el que la encuesta desveló que un 9,8% de la población reconocía sentirse
atraída por estas citas.
A los españoles y españolas han
dejado de interesarles las corridas de toros. Desde 2006 el apoyo de la
sociedad a la tauromaquia ha caído en picado. Antes, 12 hombres de cada 100
decían ir a una corrida. Ahora, 15 años más tarde, sólo son dos de cada
centenar. Otro dato llamativo indica que no hay relevo generacional. La
población de 45 a 54 años era la más devota hace 15 años, pero con el paso de
los años esa franja de edad se ha convertido en una de las que más rechaza esta
peculiar fiesta.
A pesar de la indiferencia, el
mundo del toreo sigue protegido (…). En Andalucía las escuelas taurinas han
pasado de 21 a 34 en diez años. En Madrid, de cuatro a nueve escuelas. Y en
Castilla-La Mancha, de siete a once. Además, entre 2002 y 2020, la ganadería de
lidia ha recibido subvenciones de dinero europeo por valor de, al menos, 430
millones de euros, a través de los fondos de Política Agraria Común (PAC),
según un estudio presentado por la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de
la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA). Este empuje con dinero público
europeo contrasta con la posición de la Unesco frente a la tauromaquia, que en
2021 rechazó considerar la actividad como parte del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad. https://www.eldiario.es/sociedad/pp-vox-revivir-tauromaquia-regandola-dinero-publico_1_10374595.html
7.- “Si no fuera por el dinero
público, el sector de la tauromaquia estaría hundido”
9 noviembre, 2021/0 Comentarios/en
Amigos de Animalados, Noticias
La pandemia del coronavirus
permitió que muchos animales descansaran en paz durante dos años, lejos de la
tortura y el maltrato que sufren durante los espectáculos taurinos.
Lamentablemente, con la mejoría en la evolución del virus, el sector de la
tauromaquia parece haber despertado, siempre gracias a las ayudas públicas que
reciben desde los distintos gobiernos.
Con el fin de realizar una
radiografía de la situación actual de la tauromaquia en España, Animalados ha
entrevistado a Encarna Carretero, encargada del departamento de comunicación de
ANDA (Asociación Nacional para la Defensa de los Animales), una asociación que
lleva desde el 1989 trabajando por una mejor protección de todos los animales,
entre ellos, todos aquellos que sufren la violencia gratuita y desgarradora de
los espectáculos taurinos.
¿Cómo está siendo el regreso de la
tauromaquia en España tras la pandemia? ¿Se han reducido el número de
espectáculos o, por lo contrario, ha regresado con más fuerza?
El parón de los espectáculos
taurinos a causa de la pandemia supuso una gran alegría para nosotros, aunque
éramos realistas y sabíamos que más tarde o tempranero, por desgracia, iban a
volver. Los animales han tenido dos años de tranquilidad, sin ser maltratados
en las plazas de las torturas.
La caída de la actividad taurina es
una realidad indiscutible. Lo que ocurre es que, con el parón de la pandemia,
cuando ha vuelto a celebrarse algún festejo taurino después de tanto tiempo,
como pasó el 2 de mayo en Las Ventas, consiguieron llenar la plaza, eso sí, con
el aforo permitido por las limitaciones del covid.
Que se hayan llenado algunas plazas
no quiere decir que el regreso de la tauromaquia esté siendo un éxito total, lo
que sucede es que cuando hay un parón largo provocado por cualquier motivo,
todo se coge con más ganas. Esto mismo está sucediendo con conciertos, eventos
deportivos, etc. Los taurinos, que están deseando ver sangre a todas horas,
cogieron con más interés el regreso de estos espectáculos porque han estado dos
años sin poder celebrar ninguna fiesta taurina y sin poder acudir a ninguna
plaza.
La tauromaquia está en decadencia,
esto es un hecho indiscutible. Los espectáculos taurinos han caído en un 73,4%
desde el año 2007. Por este motivo, cuando los taurinos hablan de un gran
regreso y una gran acogida de estos espectáculos tras la pandemia, de alguna
manera, lo dicen porque necesitan vender este mensaje.
«Los espectáculos taurinos han
caído en un 73,4% desde el año 2007»
Es importante destacar que el 77,5%
de los festejos taurinos, según datos del 2019 de AVATMA (Asociación de
Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal), se
concentran en tan solo cuatro comunidades autónomas: Andalucía, Castilla y
León, Castilla y la Mancha y la Comunidad de Madrid. Por tanto, los datos
indican que la tauromaquia se encuentra en decadencia total.
Durante el pasado mes de octubre
las redes sociales ardieron pidiendo al gobierno el fin de las becerradas. ¿Las
becerradas son el máximo exponente de crueldad de la tauromaquia?
Las becerradas, sin duda, es una de
las formas de lidia más crueles que existen, especialmente por dos razones
fundamentales. La primera es que en esta modalidad se maltratan animales
menores de dos años, para los que el sufrimiento físico y psíquico de las
corridas se ve incrementado por su mayor fragilidad, reducida capacidad de
reacción y desesperada necesidad de sentirse protegidos por su madre y su
manada.
Si bien el toro adulto apenas muge
cuando es atacado con el fin de mostrar fortaleza, los becerros sí que mugen de
manera desesperada durante la lidia, intentando atraer la atención de los
suyos. Una escena que desgarran el corazón de cualquiera que tenga un mínimo de
sensibilidad.
La segunda razón es que en las
becerradas, normalmente, lidian personas inexpertas, ya sean estudiantes de
escuelas de tauromaquia o incluso en muchas ocasiones aficionados que clavan
los instrumentos de tortura en lugares indebidos, extrayéndolos y clavándolos
una y otra vez tras intentos infructuosos, causando un tormento terrible a
estos pequeños animales.
¿Existen datos oficiales del
porcentaje de población española que está a favor y en contra de estos
espectáculos violentos?
En las encuestas de población
general siempre salen ganando los antitaurinos. Por tanto, lo que gana es la
empatía de una población que, afortunadamente, cada vez se muestra más en
contra de estos espectáculos. El 78% de los españoles está en contra de las
subvenciones a la tauromaquia (YouGov, 2018). Mientras que el 84% de los
jóvenes no se sienten orgullosos de vivir en un país en el que las corridas de
toros son una tradición (Ipsos Mori, 2015).
En datos de votantes, el 81,4% de
los españoles no están a favor de la tauromaquia, pero solo el 46,7% la
prohibiría. El 52,4% de votantes menores de 35 años, sí que prohibirían la
tauromaquia, por tanto, una vez más estamos ante un tema generacional. Por otro
lado, entre lo que son hábitos culturales, solo el 5,9% de la población acudió
a una corrida de toros, novilladas o rejones. Si consideramos todos los
festejos taurinos, incluidos los que se celebran en la calle, el 7,9% de la
población ha presenciado alguna vez esta clase de espectáculos.
El bajo porcentaje de personas que
han acudido a estos espectáculos contrasta con el porcentaje de población que
ha consumido otras expresiones culturales. Por ejemplo, 87,2% música, un 57,8%
cine, un 50% museos, un 46,7% galerías y exposiciones y un 26,8% de
bibliotecas. Hablamos de datos que tienen como fuente al Ministerio de Cultura
y que confirman que solo el 5,9% de la población consume la tauromaquia, una
clara minoría.
Teniendo en cuenta el porcentaje
predominante de rechazo social hacia la tauromaquia, ¿por qué todavía existen
estos espectáculos en España?
Estos espectáculos tan aberrantes
siguen vivos porque los políticos que tenemos se empeñan en que hay que seguir
dando dinero y manteniendo a este sector. A pesar de que el empleo del sector
taurino es precario y endogámico se siguen manteniendo a costa de las
subvenciones públicas. Nosotros desde ANDA siempre decimos que si no fuera por
el dinero público, el sector de la tauromaquia estaría hundido, y ellos lo
saben.
Las fiestas o espectáculos taurinos
no solo incluyen las corridas de toros, sino un numeroso conjunto de
tradiciones y festejos populares vinculados al mundo del toro que es lo que se
conoce como tauromaquia. El 12 de noviembre de 2013 sacaron la Ley 18/2013 para
la Regulación de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural en la que la
tauromaquia pasó a ser catalogada como patrimonio cultural y a depender del
Ministerio de Cultura que, a través de esta ley, está obligado a darle dinero.
“El carácter cultural de la
tauromaquia es indiscutible y merece ser preservado como un tesoro propio de
nuestro país, rico en culturas distintas”. Este es el mensaje de la Ley
18/2013, una ley que hizo el PP en 2013 y que protege a la tauromaquia. Los
políticos de nuestro país tienen muy poca empatía hacia los animales,
especialmente, hacia los pobres toros, becerros y novillos que tienen que
aguantar estas tradiciones y torturas porque un porcentaje reducido de la población
disfruta con la sangre. https://www.animalados.com/es/si-no-fuera-por-el-dinero-publico-el-sector-de-la-tauromaquia-estaria-hundido/
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