¿Qué podemos hacer en contra de las corridas de toros en Venezuela?
Rubén Alexis Hernández
A
continuación se plantean cuatro pasos que, en un principio, son útiles para
intentar, de una vez por todas, liquidar el horrible espectáculo de las
corridas de toros en Venezuela, que aún tiene cierta fuerza en algunas partes,
especialmente en los Andes venezolanos. Para tal efecto, es necesaria la
intervención de la Misión Nevado en conjunción con grupos ecologistas, conservacionistas y
ciudadanos en general,
interesados en
el bienestar de nuestros
hermanos menores y
en la preservación
de la biodiversidad
como importante garantía para el
futuro del planeta, incluyendo el de nuestra especie. He aquí dichos pasos:
1.-
Redacción de una carta de exposición de motivos dirigida a autoridades
nacionales, estadales y municipales,
en la que se
advierta con claridad sobre la
inconveniencia de que la tauromaquia continúe, y se indiquen diversos argumentos en
su contra, tales
como: a) Una corrida es un espectáculo violento, obviamente contrario a la necesaria
paz que debe prevalecer en Venezuela y el resto del mundo; b) no es un deporte;
c) el animal sufre una intensa agonía durante la carnicería-matanza nombrada
con el eufemismo de corrida; d)es subvencionada en parte por el Estado, con
recursos necesarios para fines sociales. En consecuencia no es un negocio
rentable como tal, y más bien genera pérdidas; e) no es de aceptación masiva como
quieren hacer creer
los promotores, y por
tanto la gran
mayoría de los venezolanos no
se siente identificada con
semejante aberración; f)
el toro de “lidia” no representa un interés ecológico único y
extraordinario, al no ser una especie ni una raza(según estudios de personas no
vinculadas con la tauromaquia), sino un bóvido común y corriente. Y ni siquiera
es un animal agresivo o bravo por naturaleza sino que reacciona al verse
acosado o agredido; g) otros. Dicha
carta se entregará
a autoridades nacionales,
estadales y municipales
de distinta tendencia política,
a la par de intentar un dialogo de convencimiento con éstas. Además se debe
hacer ver a aquellos funcionarios “revolucionarios” que de una u otra manera han
apoyado la tauromaquia, su
contradicción al autocalificarse como
ecosocialistas y humanistas y
defender al mismo tiempo la continuidad de las corridas de toros.
2.-
Propagar mensajes de rechazo a las corridas vía televisión, internet, radio y
prensa escrita. Así como los
protaurinos cuentan con
abundante propaganda en
diversos medios de difusión, promocionando su aberrante espectáculo, así
mismo, en la medida de lo posible debido a las limitaciones financieras y de
otras índoles, los antitaurinos deberán difundir su rechazo a las corridas y
las razones para ello. Hay que moverse rápidamente en el mismo terreno que el
enemigo, ya basta de permitirles siempre llevar la ventaja.
3.-
Realizar diversas actividades como forma de presión a los promotores taurinos,
buscando a la vez la sensibilización
de la mayor
cantidad posible de ciudadanos respecto a la necesidad de
acabar pronto con la barbarie taurina. Es vital, por tanto, que en estas
actividades se involucren numerosos individuos, de manera que tanto las
autoridades nacionales, estadales y municipales, como los grupos protaurinos,
sientan que las corridas de toros cuentan con un rechazo popular cada vez
mayor. Es importante en este sentido que se convoque por todos los medios de
comunicación posibles, incluidas las redes sociales, a
marchas, a pintadas
de murales, al
reparto de carteles
informativos, a conversatorios,
a tomas pacíficas de instalaciones taurinas y de instituciones que apoyan la
tauromaquia, y a talleres de sensibilización.
4.-
Llevar a cabo una encuesta y una recolección de firmas para activar el
referendo consultivo y el referendo decisorio.
Se debe realizar una encuesta en
aquellas poblaciones en las que aún hay corridas, con una o varias peguntas
cuyas respuestas indiquen claramente si hay apoyo o rechazo popular al toreo.
Durante la realización de estas encuestas se debe aprovechar para conversar con
los consultados, e intentar demostrarles con argumentos como los señalados en
el paso uno, lo barbárico, irracional e inviable económicamente que son las corridas
de toros en Venezuela. En caso de confirmarse el rechazo masivo a la barbarie
taurina, hay que proceder a recoger firmas para activar los referendos de
acuerdo a las exigencias del CNE, teniendo especial cuidado con el llenado de
las planillas. Y de ser positivo en contra de las corridas el referendo
decisorio, hay que presionar a las autoridades municipales para que tomen la
decisión de prohibir
las corridas, considerando su
competencia para regular espectáculos públicos
en los que
se emplea fauna
doméstica, según la
Ley para la Protección de la Fauna Doméstica, Libre y
en Cautiverio.
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